viernes, 28 de junio de 2013

¡Jolines! Que Editorial Norma se nos viene a México.




El pasado lunes 24 de junio, el Grupo Cultural Lizma ha anunciado que empezará a distribuir en México los títulos publicados por editorial Norma de España. Ignoro aún si se trata de importar en volumen de mayoreo lo que Norma imprime, o si son reediciones o reimpresiones hechas en México. EDIT: un amigo que colabora con ellos me ha confirmado que son las ediciones originales importadas.  Mediante su nuevo sitio en Facebook, han captado el interés de muchos potenciales lectores. ¿Qué podemos esperar de este anuncio?



Esta noticia me deja ambivalente, ya que me produce dos formas de sentir encontradas. Por un lado, como lector de cómics, me emociona saber que la oferta de los títulos de narrativa gráfica en México se incrementa. Norma ha traducido, editado y publicado una gran, gran cantidad de títulos (un breve vistazo a su catálogo indica que estamos hablando de centenares) y los ha puesto al alcance del mundo de habla hispana. Esto es obviamente algo positivo. Como ya he mencionado antes en otras ocasiones, considero que todo esfuerzo que conduzca a poner más cómics en las manos de más lectores es loable. Al igual que ustedes, aprecio las ventajas de tener más opciones de dónde escoger a la hora de ir al puesto de revistas, así como que estén a un precio más accesible que estar comprando publicaciones importadas desde internet o en las tiendas especializadas.

Por otro lado, como traductor, lamento que éste es otro ejemplo de lo que llamo “colonialismo lingüístico”. Sé que el término puede sonar exagerado, pero paciencia, trataré de ilustrar mi punto. Desde la primaria aprendemos lo general del asunto de la conquista española, el virreinato, y luego la gloriosa “independencia”, gracias a la cual los mexicanos ya no tenemos ninguna dependencia o subyugación con respecto a España desde hace dos siglos.

Supuestamente.

Si ustedes van a una librería y exploran el catálogo de obras traducidas al español, notarán que la gran mayoría son de editoriales españolas, traducidas lógicamente por españoles. Esto, en sí mismo, no tiene nada de malo, pero me pregunto ¿por qué, si México tiene aproximadamente el triple de población y de hispanoparlantes que España, no produce sus propias ediciones y traducciones orientadas al lector mexicano?

Mi pregunta retórica no debe sugerir en absoluto un patrioterismo que asume una superioridad de cualquier cosa solo por ser hecha en México o por mexicanos, ya que de la misma forma me pregunto ¿por qué no llegan acá, por ejemplo, traducciones hechas en Argentina o Chile, donde también se traducen y publican cómics?

Las traducciones de editorial Norma, con toda naturalidad, están pensadas para lectores españoles, no tendría por qué ser de otra forma. El punto es que nosotros no hablamos el mismo dialecto del español que ellos. Aunque vosotros no tengaís problema en comprender las conjugaciones del pronombre que ya no usaís; aunque el contexto nos deje claro que la expresión "a dar por culo" no significa desearle a nadie una placentera experiencia de sexo anal; aunque hayamos aprendido en la primaria a usar el presente perfecto (ej. “he leído”) y superemos la extrañeza que evoca su uso tan común en España para lo que nosotros empleamos el pretérito simple (decimos “vi una película anoche” no “he visto...”; “terminé mi carrera en 1998”, no “he terminado...”); a pesar de todas las concesiones que podamos hacerle a las traducciones españolas, es un hecho innegable que no están pensadas para nosotros, no tendrían por qué, y eso se siente en la lectura. Esto es lo que veo como una forma de dependencia cultural.

Debo señalar de forma complementaria que las traducciones de Norma por lo general están muy bien hechas, ya que se contratan traductores profesionales para la tarea, a diferencia de ciertas editoriales de aquí. Mi punto no es que las traducciones españolas sean deficientes, para nada, sino que no están adecuadas al lector de estas latitudes. Déjenme aclarar. La adecuación es un concepto dentro de la teoría de la traducción, y define que una traducción en concreto es buena cuando considera a su lector meta y hace los ajustes necesarios al texto para que la comunicación fluya con la mayor facilidad posible. En menos choro: es la diferencia entre que la expresión insultante “asshole” se traduzca como pendejo, gilipollas o pelotudo (entre muchas otras bellas posibilidades, claro, éstas son apenas ilustrativas) pensando en quién lo va a leer.

El que una nueva aventura editorial enfoque sus recursos a distribuir en México productos orientados al lector de España me parece signo inequívoco de alguna deficiencia en nuestro país. Quizá sea deficiencia de las editoriales, que no arriesgan a invertir aquí en cómics. Quizá sea problema de los licenciantes y detentores de los derechos de autor, que no han reconocido el potencial de Latinoamérica como mercado. Quizá sea deficiencia del mismo mercado que no ha sabido expresarse y mostrar que tiene interés en buenas historias bien editadas. O quizá también sea deficiencia de los traductores, quienes no han sabido presentar a las editoriales proyectos de traducción más ambiciosos y arriesgados. No lo sé. Por lo pronto, pido otra ronda de aplausos para las editoriales Kamite y Bruguera que se han aventurado a traer más cómics a nuestro país y traducirlos aquí. Y así como deseo que su esfuerzo se vea recompensado con buenas ventas, también deseo que los lectores/clientes les exijan un trabajo de traducción de calidad, ya que están pagando por ello.

Debrayes addendum

Hay varios datos que me gustaría investigar para tener una perspectiva más clara del escenario que describo, pero por el momento no me es posible, así que solamente los mencionaré:


  • Entre los cientos de editoriales que publican y distribuyen sus productos en países de habla hispana, ¿cuántas publican traducciones? ¿Qué porcentaje de sus ventas les representa?
  • De toda la literatura de ficción que se traduce al español en el mundo ¿qué porcentaje de ese trabajo se hace en España? ¿Qué porcentaje de ventas se realiza allá, y cuánto en Latinoamérica?
  • Del total de material traducido que se publica en México ¿qué porcentaje se traduce localmente; cuánto es una reimpresión de traducciones foráneas?


Revisando la entrada de Wikipedia sobre el español, hallé varios datos interesantes y relevantes a este tema, por ejemplo, que México es el primer país en cantidad de hispanohablantes nativos, mientras que España ya es el cuarto; y con las tendencias migratorias en EUA, muy próximamente será el quinto.

Puedo estar equivocado, pero soy de la idea que el factor determinante y pivotal de este tema es la disparidad en el consumo de libros per cápita de un continente a otro. Dejo la pregunta abierta ¿podemos, como lectores y consumidores, hacer algo para darle mayor representatividad al español mexicano ante el mercado editorial?

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